📚 Libro: Medea me cantó un corrido (2024)
✍🏽 Escritora: Dahlia De La Cerda (1985)
“No somos lo que hicieron de nosotras, sino lo que hacemos con lo que hicieron de nosotras.”
Desconfío mucho de las editoriales, sobre todo de las grandes. Creo que en esta era de datos e inteligencia artificial saben muy bien qué se “debe vender”. El otro día me impactó ver la cantidad de libros ya creados por IA. Así que, según yo, ando evitando comprar o leer libros muy recientes.
Sin embargo, este me dio muchísima curiosidad. Dahlia no cumple con las “modas” editoriales… pero eso también puede ser otra moda, ¿no? Tuve que bajarle a mi paranoia para leerlo. Y qué bueno que lo hice. Es un libro que merece ser leído y, sobre todo, comentado.
Este libro está lleno de entrañas, de dolor, de rabia, pero también de verdad, de amor, de compañía. He pensado si alguien que no sea mexicano lograría conectar con él, si entendería estos relatos llenos de sangre y semiótica. Para mí, eso fue lo más enriquecedor: lo sensorial que es. Cada relato huele, suena, sabe. Me puse a escuchar mucha de la música que aparece ahí y sentí que el libro se volvía aún más vivo.
Leer a Dahlia me sacudió. Cada página es un grito sobre estos tiempos violentos. Leerla es mirar una radiografía con los tumores de un México que agoniza, que delira, que se arrastra para no morir.
Disfruté muchísimo el lenguaje que le da vida a cada personaje. Hoy muchos escritores se creen “de barrio” solo por moda —lo de la inclusión está muy bien visto, aunque sea falsa—, y lo fuerzan… eso los delata. El barrio es tan complejo y tan estridente que se nota cuando se fuerza o se intenta ocultar. Creo que lo que Dahlia pone sobre la mesa es muy potente. Yo lo disfruté, aunque muchos le critican el uso del lenguaje.
La historia va de Medea, una mujer dedicada a ayudar a otras morras. Ella es la tejedora de seis historias que, te aseguro, no te dejarán indiferente. Te acercan a una realidad cada vez más común, más atroz. Y es ahí donde el libro te sacude, te pincha la burbuja, te lastima, porque sabes que estamos muy lejos de que esto cambie.
Conocer las historias de Paulina, Antonia, Reina, Perla, Jasón, Manuel, Esteban, Medea… fue entrar a un mundo que no me es ajeno. Me conmovió mucho. A través de ellos ves la herida con la que camina México. Entiendes la complejidad de la violencia, el grito de amor que todos pedimos, y lo que se está dispuesto a pagar por momentitos de cariño. La realidad mexicana es difícil de comprender, y con este libro te das cuenta de que es aún más difícil de vivir… y que, desafortunadamente, aún no se ve la luz al final del túnel.
Gracias por leerme 🫶🏽
Palabras con las que me quedo:
• “Me creí el corrido porque pensé que si era un jefe, un duro, un cabrón, mi mamá me iba a decir ‘mijo’ en lugar de idiota, pendejo, mocoso… que me iba a decir: Jordán, te quiero mucho, mijo.”
• “Para mí, en ese punto era un honor morir por mis jefes, por esa gente buena que me había dado una familia, que me decía que era un chingón, que me dio la oportunidad de ser visto y ser alguien importante.”
• “Me di el permiso de estar ardida, porque creo que así estaba. Sí, en este momento puedo verbalizarlo: estaba ardida.”
• “Aztlán, uno de los países más peligrosos para ser hombre, joven, moreno y empobrecido.”
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