Siempre critiqué a esa gente que le escribe a quienes ya no están en la Tierra…
y mírame aquí, haciéndolo. WTF.
Como siempre, convirtiéndome en eso que no me gusta 🙃
Pero quiero ponerle palabras.
Quiero dejarlo aquí.
Tal vez nadie lo lea —porque este blog lo hice pa’ mis seres queridos—
pero la verdad… la vida es demasiado caótica como para andar distraídos con mi alto voltaje emocional.
Y quién sabe…
Cuando yo ya no esté, esto tal vez se quede.
Aquí voy:
Para mi amigo… que estoy segura (o quiero creer) que no se ha olvidado de mí.
Otro año más…
Y ahora sí que me sorprendiste.
Sé que sabes que desde hace tres años mi vida anda en modo torbellino total 🌪️
y siento que tú esperaste pacientemente para mandarme un regalito.
Bueno… un regalote.
Nunca imaginé que este año te volverías a hacer tan presente.
Nunca imaginé que este año te conocería más.
Y sí… también te valoré más.
Hasta me ha invadido la culpa de no haber sido una mejor amiga.
Desde que te fuiste, no he podido sacarme de la cabeza a tu mamá.
Siempre la recordaba con cariño por lo linda que fue conmigo
y porque sé cuánto la quieres.
Pensaba en tu hermano, en tu papá, en tu esposa, en tu hija…
Tu ausencia me paralizó.
No sabía cómo acercarme a ellos, no sabía si debía hacerlo.
Pero no pude evitarlo:
yo quería buscar a tu mamá.
Y lo hice.
💌 La sorpresa fue que, a inicios de este año, ella me escribió.
Organizamos su llegada —junto con tu papá— para pasar unos meses cerca de donde yo vivo.
Sentí muchas cosas:
Felicidad, claro.
Pero también miedo.
Miedo a quebrarme cuando los viera de nuevo.
Y llegó el día.
Respiré profundo… muchas veces.
Y cuando por fin los abracé, no sentí otra cosa más que una ENORME felicidad.
Sentí sus corazones rotos.
Sentí ese vacío que nunca se llenará.
Pero también sentí paz.
Y alegría.
Volverte a sentir a través de ellos.
Conocer a tus papás ha sido uno de los regalos más grandes de mi vida.
Nunca había tenido una referencia cercana de un matrimonio bonito.
Y mucho menos de una vejez compartida, amorosa, en pareja.
Tus papás… son uno para el otro.
Se toman fuerte de la mano.
Tu mamá se ríe con tu papá, lo mira con ternura.
Y ¿sabes?
No sabía lo mucho que te parecías a él.
Escucharlo es escucharte.
Verlo es volver a verte.
Se me enchinaba la piel de tan fuerte que te sentía ahí.
Al verlos, por primera vez, eché de menos tener una vida familiar.
Pensé mucho en cómo sería todo si mi papá viviera.
Amigo, gracias.
Mil gracias por aparecerte.
Gracias por juntarnos.
Ojalá, mientras viva, pueda seguir cerca de tus papás.
Y no te preocupes, aquí los cuido también.
Te quiero mucho. Siempre.
🫶🏽 Gracias por leerme.
