“Ya no va a dolerme el mar,
Porque conocí la fuente.”
La semana pasada vi una noticia que me impactó mucho, sobre la muerte de un poeta y editor llamado Julio Trujillo. Yo lo tenía ubicado porque sabía que era el editor de uno de mis escritores favoritos, pero también porque hace muchos años fui a una Feria del Libro en Oaxaca y lo conocí personalmente, ya que estaba presentando el libro de otro poeta. Me pareció muy interesante todo lo que dijo. En esa época no tenía la negación que tengo hoy a tomarme fotos, y recuerdo que, al terminar la presentación del libro, cuando fui a que me firmaran el mío, me tomé una foto con él y con el otro poeta que presentaba su libro. Solo tengo dos fotos así, dos fotos con escritores. Hace unos días volví a ver esa foto…
¿Por qué me impactó tanto su muerte? Al principio me sorprendió por pensar que era alguien joven, pero luego la noticia me derrumbó al conocer un poco más de lo que había detrás… El 10 de enero publicó su último tweet:
“Ya no va a dolerme el mar,
Porque conocí la fuente.”
Desde hace muchos años tengo la firme convicción de defender el derecho a la muerte, no creo que la vida deba prolongarse cuando hay sufrimiento. Julio Trujillo fue reportado como desaparecido en una localidad de Inglaterra y, días después, encontraron su cuerpo…
Al leer los comentarios, las noticias sobre lo que sucedió, sus últimas publicaciones, me hice una idea de lo que ocurrió y me invadió una tristeza profunda, una tristeza inexplicable. Yo nunca lo traté, solo tengo una foto con él, y aún así llevo muchos días con un nudo en la garganta, en el estómago… Me he ido a la cama pensando en lo que pudo haber pasado, me he despertado y se me aparece su nombre, y puedo imaginar ese dolor tan profundo en el alma que seguramente lo aprisionó hasta llevarlo hacia ese mar que lo recibió para emprender el vuelo…
Gracias por leerme.